enero 31, 2012

Anatomía

Anatomía

No me importa si tienes un hermoso culo como el de los caballos. O si tus piernas son tan largas que te es imposible mantener el equilibrio estando de pie.
Yo no pido nada de eso, no.
No pido que tenga un cuello capaz de ganar un concurso de botellas.
Tampoco pido que tus manos sean tan tersas que el mundo las moje con sus húmedos labios de la venganza.
No pido que su orejas se pierdan en la eternidad e hipnoticen a todos con su forma de caracol.

No pido que tenga un apetito intelectual voraz, capaz de arrebatar conocimientos e ideas de los grandes pensadores.

Tan solo pido que pueda atravesar paredes, que su cuerpo se desmaterialice si así lo desea y vuelva tomar su forma cuando ella lo quiera.
Pido que su cuerpo logre viajar junto con el viento como si de un efímero estornudo se tratase.

Yo no te pido que tu forma de caminar castigue las miradas con ese látigo que agitan tus caderas al caminar.
No me importa si tu sonrisa es simétrica como si de una construcción arquitectónica se tratase. Tampoco me importa el color de tu cabello, puede ser del mismísimo color de la nueva era si tu quisieras.

Lo único que pido es que puedas atravesar paredes, desvanecer tus partículas a través de los muros. Llegar a mi corazón y ahí quedarte para siempre, dormir abrazada de mi aorta y bañarte con la sangre que bombeo por ti. Cantarte canciones de amor y esperanza con los latidos de mi corazón, decirte te quiero en clave morse.

Yo no pido que tenga los mejores senos del catalogo.

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