Sonrisas que se columpian en las medias y calzones de la noche.
El sudor de tus huesos y la erección entre mis ideas pierden el pudor.
Dejame marcarte con el filo de esta lengua y cortarte la entrepierna para que no cicatrice la pasión.
Cambiemos de posición que me aburre ver por mucho tiempo tu futuro.
Dejame escupirte toda mi generación en el rostro y humectarte con el blanco final.
Sonríe y trata de recuperar el aliento perdido durante nuestro ritual hormonal.
Desviste de nuevo tu mirada y prepara tu mutilación para otra coreografía de gemidos.
Prometo intentar no hacerte daño.
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